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Consejos para acabar con el mal aliento

La conocida afección como mal aliento (o halitosis en términos más formales) se produce a consecuencia de una mala higiene, la acumulación excesiva de bacterias en la cavidad bucal y el consumo de ciertos alimentos. Sin embargo, el mal aliento persistente, aún siendo en un 80% proveniente de la boca, podría ser también la causa de enfermedades digestivas o respiratorias.

Si bien padecer de este mal se ha transformado para la mayor parte en motivo de intranquilidad y vergüenza, las estadísticas apuntan que el mal aliento es un inconveniente usual que afecta a 1 de cada 3 personas, con lo que una tercera parte de la población sería frágil a sufrir de halitosis en alguna ocasión.

¿De qué forma eliminar el mal aliento?

Aunque el mal aliento -definido por especialistas como una “enfermedad social”– no es un agente de forma directa perjudicial para la salud, tiene influencia en la manera en que el individuo tiene encuentros próximos con otras personas. Si tienes mal aliento o bien sospechas que puedes tenerlo, ten en cuenta los próximos consejos:

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1. Observa tu higiene

Fortalece tu salud bucal con una rutina de higiene que incluya un adecuado cepillado de dientes, el empleo de hilo bucal y enjuague bucal, así suprimes el noventa por ciento de las bacterias causantes del mal aliento.

2. Cuida tu alimentación

Cuida que los alimentos no contengan sabores aromatizados fuertes y abstente cuanto puedas de ingerir picantes y grasas sobresaturadas para eludir el mal aliento.

3. Limpia el reverso de tu lengua

Ya antes de descubrir más antídotos para eliminar el mal aliento tienes que saber que la boca es la puerta de entrada de los comestibles que, al descomponerse, facilitan la proliferación de bacterias que se adhieren a la superficie de la lengua. Limpia tu lengua utilizando un cepillo dental común o bien un limpiador de lenguas con raspador suave.

4. Utiliza un aséptico bucal

Si el inconveniente persiste, tu dentista va a poder apuntar el empleo de asépticos bucales de acción desinfectante como la clorhexidina para reducir el número de bacterias y por su parte el mal aliento.

5. Toma suficiente agua

Toma 2 litros de agua al día para eludir la sequedad en la boca y también hidratar las mucosas.

6. Visita a tu dentista

Programa una cita con tu dentista cada 6 meses. Él va a saber de qué manera eliminar el mal aliento si es de origen bucal y va a ser tu aliado en el control de caries y otras enfermedades responsables del mal aliento. Las caries o problemas de las encías son los mayores responsables del mal aliento.

7. Toma una cita con el otorrinolaringólogo

Si el mal aliento se rechaza a desaparecer se aconseja la ayuda de un profesional que descarte cualquier enfermedad del aparato respiratorio (rinitis, sinusitis, faringitis…) que pudiese estar provocando el mal aliento.

Acude a un especialista en estómago y esófago para poder ser recetado con tratamientos convenientes si alojas la bacteria helicobacter pylori o bien sufres de reflujo gastroesofágico.

Si sigues estos consejos evitarás tener ese mal aliento que te resta confianza y seguridad en tus círculos sociales.

¿Cepillo eléctrico o manual?

¿Cepillo eléctrico o manual? - Clínica Doctor Calvo

Dentro de la amplia gama de cepillos dentales que el mercado nos ofrece podemos distinguir dos opciones claramente diferenciadas: el cepillo manual y el cepillo eléctrico. Pero, ¿cuál de los dos es el mejor?

El objetivo principal del cepillado es eliminar la placa dental. Y esto se puede hacer perfectamente con el cepillo eléctrico o el manual. Si con el manual seguimos una técnica de cepillado correcta y lo usamos tras las comidas el resultado será el mismo que cuando usamos uno eléctrico. Pero en el caso del cepillo eléctrico hay que saber usarlo para conseguir buenos resultados.

¿Cepillo eléctrico o manual? - Clínica Doctor Calvo

Cepillo eléctrico

El cepillo eléctrico se recomienda a:

– Personas con problemas de movilidad. Esto se debe a que al tener el mango más grueso se puede sujetar mejor que el manual.
– Personas que se cepillan con mucha fuerza. Los cepillos eléctricos disponen de un sensor que avisa cuando se ejerce mucha presión sobre los dientes.
– Personas desmotivadas. La técnica de cepillado es más sencilla que la de los cepillos manuales ya que se trata de pasar el cabezal de forma minuciosa por cada diente.

Si hemos decidido usar el cepillo eléctrico, tendremos en cuenta que disponga de:

Indicador de presión: se enciende si estamos cepillando demasiado fuerte.
Temporizador: nos indica el tiempo necesario para dedicar a cada zona.
Velocidad variable: para bocas sensibles se usará la más baja.
Movimiento de oscilación y rotación: esto es que el cabezal gire en una dirección y luego en la otra para remover aún más placa.
Distintos cabezales: los más pequeños los usaremos para las zonas de difícil acceso.

Cepillo manual

En cambio si tu decisión ha sido utilizar un cepillo manual, debe tener las siguientes características:

– El cabezal con un tamaño adecuado, con las cerdas entrecruzadas, largas y en distintos niveles, sobre todo con puntas redondeadas o fusiformes. No debe ser demasiado duro.
– El raspador lingual en la parte posterior del cabezal para poder realizar también una buena higiene de la lengua.
– El mango debería tener un diámetro adecuado para nuestra mano y a ser posible que no sea muy circular porque puede dificultar el cepillado.

Si aún no sabes por cuál decantarte te aconsejamos que lo hagas por aquel que vayas a utilizar. Incluso, puedes usar los dos. En el caso de los niños, lo recomendable es usar un cepillo manual al menos hasta los seis años de edad. Lo importante es cepillarte tres veces al días, usar una técnica correcta, llegar a todas las piezas dentales y hacerlo al menos durante dos minutos. Tu odontólogo puede asesorarte y decirte cuál es el que mejor se adapta a tus necesidades.

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